miércoles, 31 de octubre de 2012

ACLARAR TÉRMINOS


          Hemos hablado de psicología en las entregas anteriores pero… ¿Qué es un problema psicológico?, ¿por qué acudir a un profesional? Yo no estoy loco… Aclarar términos, por tanto, es nuestra tarea de hoy.

            Un problema psicológico se manifiesta cuando:

1.     La persona padece una falta subjetiva de bienestar que no puede eliminar por sí sola. Por ejemplo, en los casos de depresión, donde el malestar es alto, y la tristeza lo inunda todo.

2.   La persona manifiesta déficits o excesos de comportamiento que interfieren en el funcionamiento considerado adecuado por él mismo o por los demás. Un caso de ansiedad, como el miedo a hablar en público, que puede afectar al rendimiento de un estudiante o de un ejecutivo.

3.      La persona interviene en actividades que son cuestionables por aquellas personas que le rodean y que dan lugar a consecuencias negativas para ellas y para los demás. De ello encontramos ejemplos como el alcoholismo o el abuso de sustancias.

4.   Las personas muestran desviaciones comportamentales que dan como resultados sanciones sociales severas para aquellos que componen su entorno cercano, como las que puede causar un niño o adolescente violento.


            Los problemas psicológicos se pueden solucionar. Un tratamiento se plantea como un proceso de aprendizaje. Se trata de que el cliente aprenda nuevas formas de comportamiento, que aproveche al máximo los recursos propios y del medio en el que vive, cambiando éste en la medida en que ello pueda favorecer su bienestar o modificando sus valores y actitudes para adaptarse a lo que no puede cambiarse. Es por ello, que algunos psicólogos dicen que el tratamiento dura toda la vida, porque lo que se aprende en las sesiones, se aplica cada día.

            Por lo tanto, un psicólogo facilita varios tipos de cambios:

-       Cambios en la manera de manera de comportarse. Es muy manida la frase “si haces siempre lo mismo, obtendrás los mismos resultados”, pero es cierta. Si no modificamos nuestra manera de actuar, siempre nos ocurrirá lo mismo. Y la cultura actual nos “vende la moto” de ser como uno es. Mantener posiciones rígidas no es ser uno mismo. Es arrogancia.

-        El segundo tipo de cambios es en la motivación. Los psicólogos nos pueden ayudar en buscar razones para actuar. En este blog ya hemos repetido varias veces la frase de Nietzsche “quién tiene un por qué encuentra cualquier cómo”. Y así es. Víctor Frankl, uno de los exponentes de la logoterapia, nos dejó una obra maravillosa acerca de las motivaciones, “El hombre en busca de sentido”, en la que  nos cuenta su experiencia en un campo de concentración nazi en la segunda guerra mundial y cómo el recuerdo y la necesidad de volver a encontrarse con los suyos le hizo mantenerse con vida y buscar soluciones a los problemas que se encontraba.

-          El tercer tipo de cambios se refiere a las creencias, a los valores. Es como decir que si no puedes con el enemigo, únete a él. Cuando no se puede modificar el medio ambiente en el que uno vive, o nuestra forma de comportarnos no logra los resultados deseados, podemos adaptarnos. Y una manera de hacerlo es que nuestras creencias, nuestros valores, estén en la misma onda que los de la sociedad que nos rodea. Uno de estos cambios se puede observar cuando un occidental viaja a Japón o a cualquier país oriental.

-         El cuarto tipo es el cambio en nuestra manera de pensar. Es reestructurar nuestra mente. La nueva construcción de la mente se logra adquiriendo nuevos significados o incorporando datos a nuestras ideas. O construyendo un nuevo mapa mental. El ejemplo que podríamos poner es que usa Kurt Lewin. La reestructuración es igual que cuando uno llega a una ciudad nueva tiene que ir desde la estación de tren a un hotel. La primera vez uno se queda con algunos edificios significativos que le sirven para saber si va bien o no. Cuando se ha ido varias veces, empezamos a aprender el nombre de las calles, si hay otras vías alternativas… Cuando hemos ido muchas veces, tienes el mapa mental tan asimilado que podrías cambiar tu trayecto sin pederte.

            En definitiva, la psicología nos ayuda a superar el sufrimiento a través del cambio y ha desarrollado técnicas eficaces para lograrlo. Servirnos de ella, no es de locos. Es el camino para encontrarnos con el bienestar y una vida extraordinaria.

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