miércoles, 10 de octubre de 2012

HACERLO MEJOR


           Vivimos tiempos extraños. La economía y las finanzas lo inundan todo. Y hoy queremos resaltar que lo importante no es si un banco necesita miles de millones para sobrevivir o una empresa declara un ERE para despedir a mucha gente. No. Lo realmente importante son las personas. Todos tenemos nuestras creencias, nuestras opiniones, motivaciones, nuestro propio modo de pensar. Y si no estamos motivados para alcanzar metas de crecimiento y aprendizaje personal, este no se dará, como tampoco una mayor productividad.

           Buda decía que el dominio personal, vencerse a uno mismo, era más difícil que vencer cien mil veces cien mil batallas. Para nosotros, usando el término de Peter Senge, el dominio personal es una disciplina, una actividad que hemos de integrar en nuestra propia vida. Siguiendo a Senge, cuando esto ocurre, se dan dos movimientos: uno, que clarificamos constantemente lo que es importante para cada uno. Y dos, aprendemos a ver, continuamente, la realidad actual con otros puntos de vista. Aprender, en este contexto, no es adquirir más y más información, sino abrir nuestra mente para producir los resultados que deseamos.

            El dominio personal empieza con una visión. Una visión no es una buena idea. Una visión es una vocación, algo que sale del interior y que llena y da sentido a nuestra vida. En nuestras sesiones de Coaching constatamos que la mayoría no tenemos esa visión, sino metas y objetivos, del tipo “un trabajo mejor”, “una mejor relación con mi pareja”… y como Gary Marcus nos avisa, es bueno tener metas… pero también planes de contingencia por si las metas no se cumplen. La visión no admite planes de contingencia, porque si no logramos acercarnos a ella, se genera frustración, infelicidad y sentimientos de derrota.

            Los sentimientos que se producen por no alcanzar la visión no se deben confundir con la tensión creativa, que es la emoción que nos mueve a reducir la distancia entre nuestra situación actual y la visión. Esta tensión creativa es la que nos focaliza en lograr aquello que queremos de verdad.

          Tener una visión nos ayuda a valorar la vida. Nos ayuda a hacernos las preguntas adecuadas. Por ejemplo: ¿Es coherente el programa de este partido político con mi visión? ¿Mi comportamiento, por ejemplo con mi pareja, se adecua a la idea que tengo? La visión incluye elementos tanto económicos, personales, laborales… es un todo que queremos lograr. Y las metas particulares, del día, más concretas, nacen de ella. Imagínense una persona que les dice estar insatisfecha con su relación de pareja. Pero no tiene definido qué va a ser de su vida en cinco, diez o más años. Como su percepción de deseos y obligaciones no esté equilibrada, no tardará en buscar soluciones fuera de esa pareja. Pero sí tiene claro qué es lo que quiere (y con quién), entonces, queda esperanza.

         Lo mismo sucede con aquello a lo que uno se quiere dedicar. Hace un par de décadas, el trabajo era algo que había que hacer y no se percibía como una fuente de desarrollo personal o de satisfacción. Ahora no es así. Ahora sabemos que la situación laboral de una persona puede convertirla en un enfermo crónico… o en una persona maravillosa. Sabemos que el paro prolongado produce efectos negativos en la autoestima, en la percepción de la eficacia en uno mismo, dificulta las relaciones familiares. Sabemos que trabajar bajo presión genera estrés y, las respuestas inadecuadas – reaccionar al estrés en vez de gestionarlo – crean enfermos crónicos. Un trabajo que satisfaga nuestra visión generará, por tanto, los efectos contrarios.

            El Coaching puede ayudar en ambos casos. A las empresas, en la creación de una visión o a la alienación con esta de las personas que componen la organización. Empleador y empleados remando juntos en una misma dirección. Es lo que hacen los entrenadores de fútbol o baloncesto con carisma: Phil Jackson en Los Ángeles Lakers, Johan Cruyff en el F.C Barcelona, llevado a la excelencia por Pep Guardiola o José Mouriño en el Real Madrid con su fútbol directo.

            Puede ayudar a las personas clarificando sus metas diarias, centrando su atención en lo que realmente le importa, Ya lo hemos dicho: la calidad de tu vida depende de cómo y en qué centres tu atención.

            Si nos damos una oportunidad a nosotros mismo a través del Coaching, estaremos en camino de un mundo en el que todos queramos estar.

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