jueves, 6 de junio de 2013

AL TOCAR FONDO...

        Son muchas las personas que buscan ayuda profesional para superar los problemas a los que la vida les ha enfrentado. Tal y como dice uno de los supuestos de la Programación Neurolingüística, cada uno respondemos a la situación con el mejor de nuestros recursos disponibles, pero ello no significa que sea eficaz, correcto, bueno comparado con otras soluciones… y resulta que, en lugar de mejorar, mantenemos y fortalecemos el problema, y llegamos a tocar fondo. Y ¿qué podemos hacer en esos casos?

        El psicoanalista alemán Erich Fromm nos propone diferentes caminos. El primero de ellos es el psicoanálisis. Nosotros lo  entendemos como terapia, ya sea cognitiva, conductual, dinámica… cada una de ellas, desde sus supuestos, nos puede ayudar a cambiar nuestro marco de referencia y, por tanto, nuestra manera de ser en el mundo, aportando soluciones a problemas específicos. Otras soluciones que Fromm propone son cambiar la forma de actuar, crearse intereses, aprender a pensar críticamente, hacerse consciente del propio cuerpo, concentrarse y meditar, descubrir el propio narcisismo y autoanalizarse.

        En Prossem, bebemos de la filosofía humanista de Fromm, de los modelos cognitivo- conductuales, de la moderna psicología científica, del Coaching y de filosofía tradicional. Por ello, para aquellas personas que se sienten atascadas, que no avanzan o que piensan que han tocado fondo, que están tristes… hemos creado un modelo de terapia y de Coaching diferentes, que asumen los principios científicos y humanistas, para ayudar a las personas. ¿En qué se basa?

        Lo primero que hacemos es modificar nuestro estado de ánimo. Nos servimos de las técnicas conductistas para cambiar nuestros estados de inapetencia, de desmotivación, de tristeza, por estados de, al menos, cierta actividad y un poco de bienestar.

        El segundo paso es construir nuestro yo ideal. A todos nos gustan ciertas formas de ser, de actuar. Todos queremos llegar a algo, que cada uno de nosotros definimos de una forma diferente. Ese yo ideal, ese estado deseado, nos sirve como motivador, como atractor, como meta.

      El tercer paso es conocerse a uno mismo. Ya hemos dicho que la vida que no es examinada no merece la pena ser vivida, en las palabras que Platón puso en boca de Sócrates. Realizamos un viaje por cómo pensamos, cómo sentimos, por cómo analizamos la realidad que vivimos. Irracionalidad, marcadores somáticos, límites a nuestro propio autoconocimiento… Un trabajo duro que suele terminar con efectos muy positivos en la persona.

      Pero como dice el Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman, el yo que experimenta y el yo que recuerda, son distintos y no tienen por qué coincidir en sus intereses. Por ello, el cuarto paso es fortalecer la habilidad de vivir en el aquí y en el ahora, en auto observarnos de forma terapéutica y no dañina, en comprender cómo se forman nuestras emociones y nuestros procesos mentales y en aceptarlos y transformarlos de forma que nos automotiven en vez de dañarnos, y los pongamos a nuestro servicio en lugar de depender nosotros de ellos.

        ¿Cuál es la diferencia con respecto a otros procesos? La terapia tradicional se basa en buscar traumas e interpretarlos, en buscar conductas perjudiciales para la persona y cambiarlas por otras. El Coaching tradicional se basa en el rendimiento de la persona en un puesto de trabajo o en una serie de habilidades. Ponen el foco en los resultados. Sin embargo, revivir los procesos traumáticos o centrarse en unos objetivos externos, activan el sistema nervioso simpático, el encargado de gestionar la ansiedad del organismo, convirtiendo el proceso en algo estresante y aversivo y se trabaja desde el yo que recuerda.

       Nuestro proceso trabaja desde el yo que experimenta, reconociendo cómo actúa y cuáles son sus limitaciones. Ponemos el foco en la visión personal, en el yo ideal, en la compasión, en la conciencia plena y en el juego como herramientas para vivir el presente y no vivir en los pensamientos o en las emociones. Ponemos en centro de atención en la autonomía de la persona y en el derecho a determinarse a uno mismo. Nuestro objetivo es activar tus atractores emocionales positivos – usando un término de Richard Boyatzis – para mejorar tus estados de ánimo, tus procesos de pensamiento y tu autoconocimiento. Te da el poder sobre tus emociones, sentimientos y tus decisiones.

      Muchas horas de trabajo, de estudio, de práctica esforzada. Muchos pacientes y clientes nos dan la impresión de estar en el camino correcto, de ofrecer unas sesiones individuales, propias de cada uno, según el ritmo que quieras, descubriendo nuevos marcos y cambiando lo que tú quieras cambiar. Únete y gana calidad de vida.