martes, 3 de enero de 2012

PROGRAMA FORMATIVO: DOLOR CRÓNICO

            Una de las premisas que rigen la vida de Prossem es crear un mundo en el que las personas deseen pertenecer. Para ello, buscamos una comprensión profunda del ser humano desde diferentes perspectivas, especialmente la científica.
            La psicología evolucionista trata de descubrir cómo hemos evolucionado y cómo nos afecta. Algunos de sus principios básicos son:
·         El cerebro es un sistema físico. Sus circuitos han sido diseñados para responder de manera adecuada al medio en el que vive.
·         Esos circuitos neuronales han sido diseñados por la selección natural para resolver los problemas que nuestros ancestros han tenido a lo largo de nuestra historia evolutiva.
·         La mayoría de las cosas que ocurren en nuestro cerebro no están en nuestra conciencia.
·         Diferentes circuitos neuronales están especializados en resolver diferentes problemas adaptativos.
·         Vivimos en una sociedad moderna con una mente de la Edad de Piedra. Nuestro cerebro evolucionó durante 10 millones de años solucionando los problemas diarios de hombres que eran cazadores – recolectores.
            Tal y cómo Leda Cosmides y John Tooby afirman: el pasado explica el presente. Y el medio ambiente adaptativo no es un lugar o un tiempo en concreto, sino una serie de composiciones estadísticas de presiones de selección que afectan a la estructura SI-ENTONCES de los genes.
            Esta pequeña introducción a la Psicología Evolucionista se debe a que, en el Pleistoceno, no vivíamos ni de la forma en la que vivimos hoy en día, ni tanto tiempo. El dolor era una rémora, un problema sobre el que no daba tiempo a superar ni a mejorar.
            Por tanto, no tenemos capacidad para afrontar el dolor, porque no la hemos necesitado y tampoco hemos tenido conciencia de ella a lo largo de nuestra historia.
            Una enfermedad crónica, uno de los miembros de Prossem lo sabe por experiencia propia, afecta a cómo uno siente, a cómo uno reacciona, a cómo reacciona el cuerpo y a qué hacemos y qué pensamos.
            Ante el dolor y la enfermedad sentimos preocupación, desasosiego, inquietud… ansiedad. Sentimos rechazo y frustración. Dejamos de hacer tareas y actividades cotidianas, dejamos de salir con los amigos y nos aislamos, no disfrutamos de actividades agradables e incluso algunas veces dejamos de trabajar. Sufrimos tensión muscular y realizamos menos actividad física, lo que nos lleva a la debilidad muscular. Nos acomplejamos, no resolvemos problemas, sentimos indefensión y falta de control. Nos centramos en el dolor o en la enfermedad.
            Gestionar el dolor crónico se está convirtiendo en un asunto importante. De hecho, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, promocionando la psicología de la salud, ha emitido unos folletos con recomendaciones. El programa se llama “Emociones y Salud” y está realizado en colaboración con la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés”.
            Con el objetivo de acercar el conocimiento psicológico aplicado, Prossem pone a su disposición el curso “Control del Dolor crónico”. En este curso tratamos de poner a su alcance una serie de estrategias que favorezcan un afrontamiento del dolor y de la enfermedad.
            Empezaremos hablando de Evolución y de Biología. Es importante conocer nuestra biología porque, tal y cómo demuestran diferentes estudios, la única manera de mejorar nuestro cerebro, especialmente en las capacidades ejecutivas, es realizando ejercicio físico aeróbico: andar, correr… Curiosamente, una de as actividades que dejamos de realizar sin necesidad de sufrir el dolor o la enfermedad, cuánto más con ellos como compañeros de viaje.
            En la segunda parte trataremos de los modos para reducir las emociones negativas. Las emociones están vinculadas a la percepción de dolor. Cuánto más negativas, más dolor.
            En la tercera parte nos dedicaremos a reducir la activación corporal y la tensión. Aprenderemos a relajarnos. Nos iniciaremos en dos técnicas concretas: la relajación guiada y el Mindfulness.
            La cuarta y última parte nos ayudará a planificar nuestra vida, a retomar las actividades cotidianas, a “olvidar” el dolor y eliminar la queja constante. A vivir.

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