jueves, 7 de marzo de 2013

AL RESPIRAR.


        En los años 60, el Daniel T. Suzuki realizó una gira por EE.UU presentado el Budismo Zen para Occidentales. Encontró como compañero de viaje a Erich Fromm, un psicoanalista alemán, que había alcanzado la fama gracias a obras como “El miedo a la libertad” o “El arte de amar”. Ambos publicaron juntos el libro “Psicoanálisis y budismo zen”. Anteriormente a ellos, Eugen Herrigel publica “Zen en el arte del tiro con arco”. Daniel Goleman, uno de los psicólogos más conocidos del mundo, publicó un libro sobre meditaciones y suele colaborar con el Dalai Lama. Recientemente Tich Nhat Hanh, monje budista vietnamita, ha publicado en más de 30 idiomas sus libros y ha dado fama al término “Mindfulness” y, gracias a Jon Kabat Zinn y a otros autores como Siegel y Tesdale, que han desarrollado la Mindfulness Based Stres Reduction y la Mindfulness Based Cognitive Therapy. Cada vez aparecen más publicaciones sobre la meditación, especialmente la Vipassana (una escuela budista), tanto en libros como en revistas especializadas. ¿Por qué nos atrae tanto la meditación?

        Para empezar, la práctica de la meditación  cambia la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro. Se ha estudiado a monjes con experiencia mediante técnicas de resonancia magnética, y se ha descubierto que es mayor la activación de áreas diferenciadas del cerebro, es menor la reactividad emocional del cerebro antes estímulos ambientales e internos y se utilizan menos recursos en la realización de tareas. La meditación mejora el sistema límbico y la presencia de glóbulos rojos en sangre.

          Psicológicamente, la meditación ha demostrado mejorar los procesos de memoria, así como de toma de decisiones, como de razonamiento inductivo. De hecho, María Konnikova intenta hacernos creer que, en los momentos en los que Sherlock Holmes se quedaba delante de la ventada, ido, inerte y de repente lograba resolver un caso, en esos momentos, estaba meditando (del libro “Mastermind, how to think like Sherlock Holmes”). Sabemos que es una suposición, pero también sabemos que el mindfulness permite separarnos de las cosas y contemplarlas desde fuera, lo que da lugar a nuevos puntos de vista y, por tanto, a un aumento de la creatividad y a la mejora de los procesos de solución de problemas.

         En la meditación se dan diferentes procesos psicológicos, como la exposición a estímulos aversivos, lo que reduce las respuestas de ansiedad. Se entrena la atención sobre el propio  cuerpo, las emociones o los pensamientos, con lo que se aprende a controlar los procesos emocionales desde su inicio. Esto permite reducir las reacciones que tenemos ante las cosas que nos suceden en la vida. Se deja en suspenso el pensamiento, con lo que se reducen las rumiaciones, el darle vueltas a todo. Y aunque no es un objetivo del entrenamiento en meditación, ésta relaja. Por todo ello, se ha mostrado como una herramienta única en la reducción de estrés y en el aumento de la satisfacción vital percibida.

        También queremos resaltar que es una herramienta de autoconocimiento. Las personas con más estabilidad mental son aquellas que sus narrativas personales, conscientes, sobre sí mismos, coinciden con sus metas, deseos y emociones inconscientes. La meditación reduce esa distancia, y nos facilita el conocernos así como reestructurar nuestras narrativas personales. También ayuda  a la comprensión de las predicciones emocionales que hacemos. Es decir, cuando tomamos una decisión sobre el futuro, influye nuestro estado actual. Nuestra mente se deja llevar por si somos felices ahora o por si estamos tristes, y proyectamos ese estado. Con la meditación, esa influencia desaparece. Por último, la atención plena limita la ilusión de foco, que es centrarnos en las circunstancias que nos rodean y no en la propia vida, que es uno de los mayores motivos de insatisfacción. En esta crisis que estamos viviendo, la ilusión de foco se encarna en las noticias, en las situaciones personales que conocemos y en olvidarnos de hacer lo que tenemos que hacer.

          Dados los beneficios del Mindfulness, Prossem quiere enseñarlo. Para ello, hemos puesto en marcha el taller “Inteligencia Emocional Plena” - en régimen de fin de semana – y el programa del mismo nombre, en 10 sesiones. También presentaremos, en breve, un programa de reducción de estrés. Todos ellos basados en la experiencia, en la práctica y en una sólida formación.

           Y la meditación empieza por la respiración, por la consciencia de respirar. Al respirar, conectamos con el momento presente, nos vinculamos a la vida. Al respirar, somos más nosotros. ¿Respiramos?

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