viernes, 15 de marzo de 2013

SOMOS SABIOS.


“La vida que nos es examinada
No merece ser vivida.”
Sócrates.


        Dice una canción que tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor.  Pero, ¿es así realmente? ¿Son las tres cosas que importan? ¿Da la salud, o el dinero o el amor la felicidad?

      La ciencia ha demostrado que la salud no da la felicidad. En personas que han tenido accidentes de tráfico  graves comprobamos que los estados de ánimo vuelven a niveles similares a los que la persona tenía antes del accidente. Los datos de prevalencia de trastornos mentales, aunque algunos han crecido en los últimos años, son estables en el tiempo, lo que significa, probablemente, que se ha incrementado el número de diagnósticos pero no el de enfermos reales.  Es cierto que la mayoría de estos trastornos aparecen ante un acontecimiento doloroso, estresante o ante la pérdida de un ser querido o una noticia devastadora,  pero también es cierto que los buenos porcentajes de eficacia de las psicoterapias, sean psicoanalistas, conductistas o cognitivas, indican que las personas somos resistentes. Esto indica que en  los estados de ánimo, una de las partes de nuestro “yo mismo” (self en inglés) es difícil identificar la causa que los provoca.

        Con respecto al dinero se ha discutido que existe un mínimo que, una vez superado, no afecta a nuestros niveles de felicidad. De hecho, muchas personas creen que si les toca la lotería serán más felices y sus vidas cambiarían. Pero no es así. Pasado un tiempo después del premio, las personas agraciadas vuelven a estados anteriores. Sienten una gran alegría pero después retroceden en cuanto a su estado de ánimo. De ellos, aprendemos que las creencias pueden ser falsas y que las emociones, a diferencia de los estados de ánimo, sí tienen un origen identificable.

        Con respecto al amor, necesitamos algo más de luz. Sabemos que somos animales sociales, que tenemos necesidades de filiación, de unirnos con otras personas. Algunas de esas uniones se convierten en pasionales, otras en suplicios. Sabemos que una relación de pareja te puede llevar a las más altas cimas de felicidad pero también hundirte en el fango del sufrimiento. La psicología evolucionista ha demostrado que los motivos por los que elegimos pareja son inconscientes, aunque nosotros los racionalizamos y los justificamos. Pero la experiencia de  estar enamorado es única, elevadora, y da sentido a la vida.  La conclusión que podemos sacar es que existen motivaciones más allá de las que declaramos conscientemente y que la experiencia de algo, como levantarte pensando en otra persona y sólo pensar en estar con ella,   es otra parte de nosotros mismos.

        Las tres cosas de la vida de la canción nos muestran tres partes del “self”, del yo. Por un lado, la parte cognitiva, que incluye nuestros pensamientos, nuestras creencias. Una segunda parte es el aspecto afectivo, y dentro de él, podemos diferenciar entre emociones y estados de ánimo. El tercer aspecto es la experiencia que tenemos en cada momento. Y cada uno de los tres aspectos contiene elementos conscientes e inconscientes.

        Para Sócrates, conocerse a sí mismo implica estudiar y examinar la propia vida. En el discurso de su defensa ante el tribunal que lo iba a condenar a muerte,  dejó claro que examinaba a los demás en busca del conocimiento. Para él, conocer implica verdad, creencia y una justificación, un soporte, algún tipo de evidencia.  En el mismo diálogo platónico, encontramos un ejemplo del método socrático, de extraer del interior de la persona las respuestas. Sin influir. Sólo con las preguntas adecuadas. Y esa es la aportación más importante de la historia de Sócrates: para conocernos, la mejor manera es interactuado con los demás, conversando, estando atento a las preguntas que nos descubran cómo somos realmente.

      La terapia y el coaching son dos procedimientos de autoconocimiento. Analizaremos durante las próximas semanas otras formas de conocerse a sí mismo, porque somos sabios, pero nos olvidamos. Y porque conocernos nos hace tomar mejores decisiones y elevar la calidad de nuestra vida. 

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