martes, 18 de octubre de 2011

REFLEXIONES DE ACTUALIDAD

En Prossem hemos hablado ya de la importancia de la educación, entendida ésta como esfuerzo consciente de la voluntad y el conocimiento para obtener fines. Igualmente, nos hemos quejado del poco cuidado que los sistemas educativos tradicionales han puesto en las emociones, la motivación o las finanzas.

            Son tres asuntos importantes. El desconocimiento de las finanzas ha provocado una situación económica más que complicada. Llevamos tres años (oficiales, desde la caída de Lehman Brothers) de crisis económica y no parece que se vaya a solucionar pronto. Es más, cada vez que los políticos se ponen a pensar un poco, las bolsas se descalabran y la deuda de los estados “perjudicados” sube de precio. En un programa de televisión (“El hormiguero” http://www.antena3.com/programas/el-hormiguero/momentos/mas-barato-taxi-que-comprarse-coche_2011092000181.html) aparece un señor y nos dice que un impuesto a los ricos no funcionaría porque tendrían menos dinero para invertir. ¡¡Hala!! Y el Sr. Torrecilla, que suponemos que es un profesor, se queda tan ancho. Sólo les pedimos que busquen qué empresas han creado empleo y qué empresas lo han destruido. El problema es que un economista no tiene por qué saber de finanzas. Igual que Merkel, Doctora en Química cuántica, no tiene por qué saber finanzas. Como los individuos no nos dedicamos de forma deliberada, con estudio esforzado, pues aparecen políticos maravillosos que miran a corto plazo (a cuatro años) y profesores que salen en la tele sin un solo dato que valide sus tesis. “The show must go on…”

            Conocer lo que realmente motiva a las personas también es importante. En estas páginas y en nuestros cursos alertamos de teorías como la de Maslow. No es operativa, no es medible, no es cuantificable. Y es falsa como un euro de madera. Por poner un ejemplo, les copio una pirámide:

 

            Bien, fíjense dónde coloca Maslow la amistad y el afecto, dónde coloca el éxito y dónde coloca la moralidad. Sin embargo, la biología nos enseña que somos sociales, que necesitamos a los demás, más incluso que equilibrar el calor o el frío. O el éxito, el “liderazgo” está presente en otros primates. Sin embargo, la teoría de las necesidades de Maslow ha tenido éxito: la explican en las escuelas de negocios, en los cursos de RR.HH, en los cursos de psicología – no en los de Prossem – y aparece en blogs de información económica. Para muestra, éste botón:  http://www.elblogsalmon.com/conceptos-de-economia/que-es-la-piramide-de-maslow

            Con las emociones tenemos una batalla dura. Ya hace dieciséis años de la publicación de “La Inteligencia Emocional” de Daniel Goleman. Y ¿qué hemos aprendido? Que existen unos sitios en el coco llamados hipocampo, hipotálamo, hipopótamo… ¡ah! ¡No!  era la amígdala. Y hemos aprendido que la adrenalina ahora se llama epinefrina (queda más bonito, más técnico) y un montón de hormonas que nos fastidian la vida o nos la alegran (como una llamada oxitocina).

            Sin ironía: no hemos aprendido nada sobre la Inteligencia Emocional (IE). Nos sabemos la teoría de una manera maravillosa, los componentes de la IE, incluso seguimos las teorías de otros psicólogos. Pero lo importante, la transferencia a nuestras vidas diarias… aprender… nada de ello.

            Esta reflexión nace de una serie de observaciones. Resulta que con dieciséis años, tienes que tomar una decisión: letras o ciencias. O elegir entre trabajar y estudiar. Si eliges estudiar, dos años después tienes que elegir entre universidad y carrera. Si acabas la carrera, debes sopesar si hacer un máster (una de las estafas modernas) o buscar trabajo. En todo el proceso, nadie, en este bendito país, te ha enseñado a pensar críticamente, ni procesos de toma de decisiones.

            Si pensamos en el cambio que significa vivir con nuestros padres a vivir con nuestra pareja, el tembleque se parece al Parkinson. Nadie nos ha mostrado cómo es la vida con una persona completamente desconocida, por mucho que se salga juntos, hasta que convives con ella. Y en ese momento, eso que el amor es respeto, cuidado, responsabilidad… se convierte en “no puedo hacer lo que me da la gana”. No. No nos han enseñado a convivir. No nos han trasmitido qué es la autonomía de la otra persona ni el respeto por sus fines y su desarrollo personal. Eso lo cambiamos por imponer nuestro punto de vista, caiga quien caiga.

            Y sin embargo, la psicología moderna no hace otra cosa que avisarnos que no somos ni tan pasionales como nos creemos, ni tan racionales como nos pensamos. Les recomendamos que hagan el experimento que se ve en  http://www.youtube.com/watch?v=vJG698U2Mvo  y luego nos cuenten qué les sucedió…
            Dice Giorgio Nardone que donde existe un problema, existe una solución. Y donde aparecen problemas financieros, motivacionales y emocionales, también nos encontramos con soluciones. Prossem es una de ellas.

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