miércoles, 12 de diciembre de 2012

CÓMO CONOCERNOS

            La semana pasa hablábamos de la dificultad de conocernos a nosotros mismos. Por suerte, no es una tarea imposible y podemos  utilizar estrategias que nos permiten contarnos a nosotros mismos historias de nuestra vida que resultan eficaces para resolver problemas. Veamos algunas recomendaciones.

Conoce tus verdaderos deseos. Nuestros deseos influyen en nuestro comportamiento. El problema es qué deseos, intenciones, apetencias… son inconscientes. Clarificarlos nos ayuda, por ejemplo, a evitar problemas. Pongamos un supuesto: los conflictos de interés. Un empleado de Banca que, para cumplir su objetivo anual y cobrar un bonus por ello, tiene que colocar un plan de pensiones y se lo vende a una persona de 60 años. Dentro de los deseos podemos incluir el miedo. Ese mismo empleado de banca que colocó participaciones preferentes a personas sin formación porque, de no hacerlo, le pueden despedir. O estar más tiempo en el puesto de trabajo para evitar la “charla” de un superior. Detrás de muchas emociones negativas, como el miedo, o la evitación del dolor, está un deseo encubierto. Descubrir qué es lo que nos mueve (emoción, del latín emovere, moverse hacia), es el primer paso para conocernos y actuar buscando resultados.

No tomes decisiones cuando estés cansado. Cuando estamos cansados o estresados tenemos todas las papeletas para equivocarnos. Un experimento sobre carga cognitiva demostró que caemos más fácilmente en la tentación en estos casos. Se trataba de recordar una serie de números (de dos dígitos o siete) que veías en una sala y después tenías que ir hasta otra a repetirlos. En medio del camino, te ofrecían una fruta saludable o pasteles de chocolate. Las personas que tenían que recordar el número con más dígitos eligieron el pastel y lo empezaron a comer en el momento. Lo mismo sucede con consumos tales como “ir de compras”. El objetivo de la música alta, ropa descolocada o una dependienta pegada a ti sin decirte una palabra, es generar estrés. Igual te vas agobiado… pero la mayoría de las personas acaban comprando, y eso es lo que cuenta para la tienda.

Cambiar una creencia no implica cambiar el comportamiento. Pregúntale a un fumador si cree que el tabaco le beneficia. Salvo que sea una persona con sus capacidades mentales limitadas, te dirá que no y no dejará de fumar. Las creencias influyen en nuestras actitudes, y nuestras actitudes en nuestras intenciones, pero no en nuestra conducta directamente. Por tanto, intenta modificar tus comportamientos, no tus creencias. Busca rutinas, hábitos saludables. El cambio en la manera de pensar ya llegará.

Planificar está bien, pero mantén planes de contingencia. Es importante saber a dónde vamos, qué queremos lograr, tener un foco en la vida y comprometerse con ello. Pero también es necesario conocer las reglas si/entonces. Tener presente el  “Si pasa esto, entonces ocurrirá aquello” te ayudará en tus decisiones importantes.

Mide tu comportamiento. Es, sin duda, la mejor manera de conocernos. Toma lápiz y papel y mide tu forma de actuar. Si te enfadas demasiado, mide cuándo, dónde, cómo, con quién te enfadas. Escribe qué haces específicamente en ese estado y apunta todas las consecuencias de ese comportamiento. O si estás triste,  qué es lo que te hacer sentir así. O cuando tienes la sensación de hacer una cosa y no lograr los resultados deseados. O cuando le das vueltas y vueltas a la cabeza. Escribe tu vida, detállala, específica hasta la mínima expresión… y revísalo a menudo. 

Sé consciente de tus estados de ánimo. Los estados de ánimo tiñen de su color nuestra manera de ver las cosas y de interpretarlas. Si estamos tristes, deprimidos, veremos las cosas negras, grises… si estamos enamorados, de colores vivos y brillantes y si estamos enfadados… bueno, no sabemos qué color tiene el enfado, pero sí que si predices tu futuro emocional cuando estás enfadado, te vas a equivocar. Los estados emocionales no duran mucho. No deben. Si lo hacen… busca un psicólogo.

Aprende cómo funcionan los errores mentales. El pensamiento crítico es la mejor defensa contra los engaños y la deshonestidad. Saber cómo funciona nuestra mente, cómo produce errores de pensamiento, reconocerlos y desactivarlos, te ahorrará muchos disgustos y discusiones.

Disfruta del estado presente, aquí y ahora. Lo más importante en la vida eres tú en este momento. Centra tu atención en el momento presente, en el aquí y en el ahora. Practica meditación. En torno a un mes de práctica, verás como te aceptas y cómo te reconoces.

            No sabemos cuánto vamos a vivir cada uno de nosotros. Pero la vida merece la pena cuando le ponemos salsa, pasión, compromiso. ¿A qué esperas para empezar? Conoce, conócete. 

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