miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿QUÉ ES INTELIGENCIA EMOCIONAL?


El psicólogo Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman piensa que es necesario dotarnos de un lenguaje que describa de manera sencilla pero específica nuestros procesos mentales. Es por ello que hoy, vamos a delimitar algo más el concepto de Inteligencia Emocional.

La inteligencia es uno de los conceptos de la psicología que más se ha generalizado fuera de su campo. El lenguaje popular está lleno de acepciones que hacen referencia a la presencia de dicha capacidad o a la ausencia de ésta. También, es uno de los términos más complicados de definir y que más adjetivos se le añaden. La inteligencia puede ser emocional, social, general, específica, musical, matemática… Algunos psicólogos consideran que sólo existe un tipo de inteligencia y otros, como el Premio Príncipe de Asturias Howard Gardner, que es múltiple. La teoría evolucionista de módulos mentales avalaría esta concepción, ya que defiende que cada módulo mental es un producto de la evolución desarrollado para solucionar un problema específico. Y esta es la idea principal de inteligencia: es la habilidad para solucionar problemas en contextos específicos.

Ahora hablemos de las emociones. Durante años, en la psicología no fueron importantes. De hecho, al no ser directamente observables, no se les daba valor. Pero en la actualidad parece que sólo existen las emociones. Hemos pasado de un extremo a otro. Una emoción, es una respuesta de nuestro cuerpo a un evento, externo o interno, que además,  necesita de un “darse cuenta” (consciente o no) por parte de nuestra mente. Es decir, una emoción tiene un componente fisiológico y otro cognitivo. La experiencia subjetiva es lo que llamamos “sentimiento”. Y un estado emocional es una emoción mantenida en el tiempo. Sentimientos, emociones y estados emocionales predisponen para actuar de una manera concreta. Ante las emociones podemos reaccionar – ante una situación de rabia, gritar a una persona – o gestionar esa situación – como el famoso contar hasta diez antes de soltar por la boca todo lo que se nos pasa por la cabeza -.

   Si juntamos la inteligencia y las emociones, podemos decir que la Inteligencia Emocional se compone de las siguientes habilidades:
-       La habilidad de percibir con exactitud,  valorar y expresar las emociones.
-       La habilidad de acceder o generar sentimientos que faciliten el pensamiento.
-       La habilidad de comprensión y conocimiento emocional.
-       La habilidad de regular emociones para promover el crecimiento intelectual y emocional.

    Tomemos, por ejemplo, la habilidad para expresar las emociones. Una persona que no domina, por falta de educación emocional, el lenguaje para expresar correctamente las emociones, tendrá problemas en sus relaciones, ya que aparecerá como frío o distante, o no comunicará sus sentimientos de manera adecuada.

     La utilidad de la habilidad para regular las emociones es posiblemente la más fácil de ver. Si nos desmoralizamos con la primera dificultad en un proyecto, nunca seremos capaces de sacarlo adelante. O si utilizamos el enfado para lograr lo que queremos, apareceremos como personas gruñonas y afectará a nuestras relaciones sociales.

         Acceder o generar sentimientos que faciliten el pensamiento, permite ser más eficaces. Todos tenemos la experiencia de quedarnos bloqueados en un bucle de pensamiento y emoción. Por ejemplo, discutimos con nuestra pareja. Él o ella te comenta una serie de cosas sobre tu comportamiento y después estas dos horas dándole vueltas o “sacándole punta”. Y lo peor, es que no somos conscientes que ese comportamiento no soluciona el problema que generó la discusión sino que, probablemente, provoque nuevos enfrentamientos. Sin embargo, los seres humanos somos capaces de mantener o crear emociones positivas, que  nos ayuden a poner las bases de la perseverancia, el esfuerzo, el logro de objetivos e incluso una excelente relación de pareja.

            Comprender y conocer las emociones nos ha mantenido vivos a lo largo de nuestra historia evolutiva. Sentir miedo ante los depredadores, nos permite salir corriendo. Nos permite buscar comida si tenemos hambre, hacer favores a parientes o miembros del grupo, emparejarnos cuando nos enamoramos y tener hijos. A veces, puede aparecer algún problema, como por ejemplo, las fobias patológicas o los trastornos de pánico. Conocer y comprender el mensaje de las emociones es la sal de la vida y nos ha llevado a cotas tan altas como el Quijote o Hamlet, las obras de Bach  o los dibujos de Rembrandt.

            Una educación emocional completa añade calidad a nuestras vidas. Ya sabemos qué es Inteligencia Emocional. Trabajarla, desarrollarla, depende de cada uno. 

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