Desde el inicio de
nuestras publicaciones, cada semana que las noticias económicas se han conjurado para amargarnos la vida, hemos dicho que la situación es un problema
de todos, y que entre todos debemos solucionarlo.
Bankia es el claro ejemplo
de las hipótesis que hemos defendido. De arriba a abajo, es una entidad dañada.
El Consejo de
Administración, formado por políticos y no por profesionales, con
remuneraciones escandalosas. Con una crisis abierta por los políticos para
mantener sus cuotas de poder en Caja Madrid antes de la fusión con el resto de
cajas. De los tres primeros ejecutivos, sólo Francisco Verdú (otro MBA) tenía
experiencia en banca. Miras las breves reseñas profesionales de los consejeros
y son todos graduados en Harvard o Chicago. Debe ser que no les enseñaban que
los préstamos se dan para recuperarlos ganando dinero. La Dirección de Riesgos
que autorizó financiaciones al 100% con avalistas (algunos de ellos ya
titulares de préstamos o avalistas de otras operaciones). La Red Comercial, que
colocó miles de acciones sin hacer caso a la normativa Mifid. A los accionistas
que lo son por obtener algunas décimas más de remuneración por sus plazos
fijos. Al gobierno anterior, por aceptar su fusión con entidades tan dañadas
como ella. Al gobierno actual, por actuar tarde y mal. Los intermediarios
financieros, que buscaron sólo su comisión encareciendo los préstamos y
engrandando el nominal de éstos. Los 10 millones de clientes de Bankia, que no
se han preocupado de su dinero, solo de migajas como evitar comisiones de
mantenimiento y administración, la cercanía de la sucursal o es que es el banco
(o la caja) de toda la vida. A los periodistas que hace un año, vendían que las
acciones de Bankia eran una gran inversión.
No se trata de repartir responsabilidades.
Se trata de cambiar. De aprender. El problema de las Sociedades Anónimas es
ese, Que son anónimas. Unos pocos gestionan el dinero de unos muchos que,
además, no pueden influ8ir en sus decisiones ni en el mantenimiento de sus
cargos. Y si el dinero es público, peor. ¿Se han dado cuenta que, hasta ahora,
sólo han caído cajas? Bueno, también Banco Valencia, propiedad de Bancaja. ¿Es
usted cliente de alguna de ellas? ¿Qué le mantiene allí?
Siempre nos han extrañado
ciertas conductas. Que un banco te regale una tele o un ordenador, debería
mosquearnos. Tendríamos que sacar nuestro dinero e irnos a otro lado. Su
negocio no son los regalos. Pero caemos en el sesgo mental de “lo gratis”. Cuando ustedes han ido al supermercado a por
un objeto en concreto, ¿Se han marchado sólo con ese objeto? ¿No? Con los
bancos, lo mismo.
Esta crisis está siguiendo
el camino que el estrés, como fenómeno biológico, sigue. Empezamos con el
miedo, con la incertidumbre por nuestros puestos de trabajo, por nuestros ahorros.
Después viene la rabia, el sentimiento de incapacidad para cambiar las cosas. Y
por último, el desgaste (es la mejor traducción de “stress” al castellano), el cansancio. Lo malo, es que el cuerpo
humano, cuando llega a la fase de desgaste, produce errores: enfermedades de la
piel, del aparato digestivo, del sistema cardiovascular. ¿Pasará lo mismo en la
sociedad? ¿Cómo se expresará ese desgaste en grupos y no en individuos?
La solución pasa por
todos. Por aprender. Por modificar nuestro comportamiento. Por ser capaces de
superar nuestras creencias y darnos cuenta que las soluciones del pasado no
valen para nada. Nosotros ofrecemos formación en gestión financiera individual.
Para todo el mundo, sin complicaciones, porque queremos que las personas tomen
el control sobre sus finanzas y no que estas les controlen a ellos. Y nos
gustaría realizar dos o tres ediciones al año. Pero aún cuestionan nuestro
trabajo “porque el director de toda la vida dice que…”
Sólo deseamos que Bankia sea un susto más... Mientras tanto, Prossem seguirá a su lado.
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