martes, 1 de noviembre de 2011

EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS

           En este bendito país aprovechamos el día de Todos los Santos para recordar a nuestros familiares que han fallecido. En los telediarios emiten siempre la misma cantinela con imágenes de cementerios como el de Praga, la tumba de Jim Morrison, Elvis Presley, Frank Sinatra, o, en el cementerio de Londres, la tumba de Karl Marx.

            Es importante recordar a las personas que han sido importantes en nuestra vida. Es un buen ejercicio dedicar algo de tiempo a quienes hemos querido o admirado y ya no viven. Para valorar que sus esfuerzos lograron cambiar el mundo, y permitir que hayamos alcanzado el modo de vida actual. Otro ejercicio sano es rememorar los errores que otros cometieron en el pasado, con sus consecuencias.

            Todos conocemos el refrán castellano “nadie escarmienta en cabeza ajena”. Pero recordar, ver, comprender los errores y aciertos pasados de otras personas es un ejercicio maravilloso de aprendizaje. Y es así por que la Psicología nos enseña que no aprendemos de la experiencia.

            Skinner afirmaba que las contingencias de refuerzo no estaban claras para que aprendiésemos de forma eficaz. En el ambiente en el que nos movemos, aislar los reforzadores – aquello que hace que repitamos nuestra forma de comportarnos o que dejemos de actuar de una manera concreta -  es casi imposible. La Psicología Experimental también nos previene de nuestra incapacidad para aprender de la experiencia. No tenemos suficientes elementos en las muestras que recoge nuestro cerebro. Para poder obtener conclusiones válidas y fiables, las muestras de los experimentos deben ser aleatorias y grandes, para que sigan las leyes de grandes números y distribuciones matemáticas concretas. Sin embargo, nuestro cerebro no funciona así. En este blog ya hemos hablado en alguna ocasión de cómo funciona la mente. Y cómo nos engaña. Seleccionamos la información que favorece a nuestras hipótesis, nos quedamos con lo más representativo de las cosas, o con los últimos elementos de una lista, no somos capaces de ver un mono en un partido de baloncesto o mantenernos inflexibles aunque estemos equivocados.

            Por tanto, rememorar y recordar a quienes nos han precedido, para obtener muestras de comportamiento, es un sano ejercicio. Así podemos evitar cometer los mismos errores o mejorar los aciertos.

            También queremos rememorar a figuras de la ciencia, que por el paso de los años, quizás nos parecen míticos y no personas de carne y hueso que fueron. Nos referimos a Charles Darwin, a William James, a B.F Skinner, a Paul Watzlawich, a Kart Lewin, a Tversky… Todos ellos, con sus esfuerzos, lograron que conociésemos mejor la mente humana. Otros, como Keynes o Benjamín Graham nos han ayudado a conocer mejor la economía y las finanzas. Estamos seguros que cada uno de nosotros conocemos  a alguna persona que, con su trabajo, cambió tu vida. Uno de los miembros de Prossem cuenta que su vida giró en 180 grados cuando leyó “El Arte de Amar” de Erich Fromm. A él también lo recordamos y agradecemos su trabajo.

            Estamos convencidos que nuestros familiares no necesitan un día al año para recordarlos. Su falta se nota cada día. Recordamos a nuestros abuelos y abuelas, que sacaron adelante a sus familias en una España post guerra traicionera, cainita y destruida que había que levantar. Lucharon con armas de barro y, gracias a ellos, a su esfuerzo, su voluntad y poniendo poco o mucho conocimiento para lograr sus fines (en otros post a esto lo hemos llamado Paideia, es decir, Educación), hoy disfrutamos un país, que por mal que esté, ellos no habían sido capaces ni siquiera de soñar.

            En algunos casos recordamos a padres que se desvivieron porque sus hijos no pasasen lo que ellos sufrieron, es decir, en dejarnos un mundo en el que ellos quisieron vivir. Lo mismo sucede con tíos, primos… 

            En el día de Todos los Santos, el mejor santoral, el mejor reconocimiento que podemos hacer, quizás no sea visitar un cementerio al que nunca vamos, sino recordar la lucha de nuestros antecesores, por unos minutos, agradecerles lo que han hecho por nosotros y por el ser humano, y APRENDER, sobre todo aprender, de su fuerza de voluntad, unidad de propósito y capacidad de cambiar el mundo que les tocó por uno mejor para los suyos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario