viernes, 13 de mayo de 2011

LAS EMOCIONES: PRIMERA PARTE


 En las presentaciones que Prossem está haciendo de sus servicios en distintas ciudades españolas, pedimos a los asistentes que nos indiquen cuál es su opinión acerca de lo que han escuchado y que nos comuniquen cuál son sus temas de interés.

Nos hemos encontrado con dos datos: uno de ellos es que existe un gran consumo de información sobre el mundo emocional. El segundo, que esa información ni es suficiente ni es pragmática. Nosotros vamos a iniciar una serie de artículos, con diferentes puntos de vista, para intentar aclarar el mundo emocional.Los tres artículos van a ser técnicos. No están pensados para facilitar la comprensión lectora, por lo que dejamos abierta la posibilidad de realizar comentarios, preguntas, aportaciones...

En este primero vamos a tratar un material que no está disponible para el gran público en España. Se basa en trabajo de Nico Fridja, psicólogo de la Universidad de Amsterdam, recogido por María Dolores Avia, Catedrática de la Universidad Complutense.

El trabajo trata las leyes de las emociones. Enmarca una ley como regularidades que se basan en mecanismos que no son voluntarios y que sólo están parcialmente bajo control voluntario. Las emociones están sujetas a leyes y nosotros, a nuestras emociones.

¿Qué son las emociones?. Las emociones son respuestas subjetivas a sucesos importantes. Su núcleo es la experiencia de placer o de dolor. Y generan estados de “estar listos para la acción” en a) acercarse o alejarse o en un cambio en la atención, b), pura excitación – activación del organismo y c) perder el hilo de los que se está haciendo, perder el interés. Emociones determinadas generan formas determinadas de estar listo para la acción y conllevan pautas de respuesta autonómica, hormonal, de orientación y de manejo (control) activo o pasivo de la situación.

¿Cuáles son esas leyes?.

La primera es la ley del significado situacional. Las emociones surgen como respuesta a la estructura de significado de diferentes situaciones. Es decir, las emociones surgen de la relación entre un suceso y los intereses de la persona en ese suceso. Esta ley se utiliza mucho en el cine. Todos podemos recordar la típica película en la que se genera en el expectativa positiva – como encontrar una familia de acogida a unos perritos -, se mantiene la expectativa en suspense – los perritos corren mil y una aventuras – y, al final, y bruscamente, se cumple esa expectativa – los perritos llegan a su meta, con su mamá y su familia humana – y todo el mundo se emociona. (Aquí hay incluso lloros de “emoción”).

Esta ley también explica por qué una persona casada pone en riesgo su pareja al enamorarse de otra persona. Una persona se puede enamorar fácilmente de otra si está en un estado de soledad, necesidad sexual, insatisfacción o necesidad de cambio. Entonces otra persona le llama la atención por su cercanía, su novedad o su atractivo. Si esta persona le da a la primera un momento que sugiera interés (una confidencia, una mirada), la primera persona generará fantasías en breve tiempo. Con una mera confirmación, real o imaginada, generará el enamoramiento. Por tanto, recomendamos, como Erich Fromm, cuidar nuestras relaciones. Por que depende de las necesidades y de las expectativas de nuestra pareja que se nos vaya y nos genere celos, ira o tristeza. No depende de nuestras características o nuestra forma de ser.

La segunda Ley es la ley del interés. Las emociones surgen como respuesta a sucesos importantes para los objetivos, motivos o intereses de la persona. A nosotros no nos preocupa ni lo más mínimo que el Celta de Vigo suba a primera división. Pero si gana el Real Madrid la copa de Europa, o el Barça, la cosa cambia. Lo mismo sucede con la ansiedad generada ante un posible despido. Si la empresa inicia despidos, aunque no nos haya tocado a nosotros, la ansiedad crece.

La tercera es la ley de la realidad aparente.  Las emociones surgen ante sucesos que “creemos” reales. Todo lo que es presente cuenta. Y ¿Qué se “cree” como realidad?. A) Estímulos incondicionales afectivos: dolor, susto y conductas expresivas percibidas. B) Estímulos sensoriales asociados a los estímulos afectivos.
C) sucesos que implican la ineficacia real de actos, como por ejemplo, no recibir respuesta a nuestras demandas.

Otras leyes más son las leyes del cambio, (las emociones surgen de cambios reales o imaginarios en los sucesos), la habituación (El placer continuado se desvanece, las desdichas incesantes pierden su patetismo)  y del sentimiento comparativo (la intensidad de un emoción depende de un marco de referencia con que se evalúe un suceso). Aquí solo creo necesario resaltar, referente a la ley de la habituación, que puede darse un contraste afectivo: perder una fuente de satisfacción no conduce a una situación neutra, sino a un pesar, y perder una fuente de dolor no te deja igual, sino que genera cierta alegría.  Por ejemplo. Hay una canción de La Unión, que reza en su introducción que si te deja tu novia, te j… Las parejas suelen ser fuente de refuerzos, por lo que el abandono se percibe tan doloroso, que creemos que no lo vamos a superar. Sin embargo, la Psicología experimental a demostrado que no es para tanto. Que normalmente, nos volveremos a enamorar. (La canción a la que me refiero se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=V9lGLDAsFOU ).

Hay más leyes. La siguiente es la ley de asimetría hedónica. El placer es siempre contingente al cambio y se desvanece son la satisfacción continua. El dolor permanece si permanecen las condiciones adversas.

Una ley más, la de conservación del momento emocional. Los sucesos emocionales provocan siempre emociones. Los que cura no es el tiempo. Es la exposición repetida a sucesos emocionales.

Una ley importante, por sus aplicaciones en la vida diaria, es la ley del cierre. Las emociones son impermeables a los juicios y demandas de otras metas diferentes a la propia. En cristiano: Discutir con alguien cuando está enfadado, no sirve de nada. Intentar alegrar a un tipo que le ha dejado la novia, no sirve de nada. Y así muchas cosas, no sirven de nada.

La ley de la preocupación por la consecuencia dice que todo impulso emocional suscita un impulso secundario que tiende a modificar el primero en vista de sus posibles consecuencias.

Las dos últimas leyes son la de carga más leve  y la de ganancia mayor. La primera dice que en una situación que se vea de modos alternativos, se tiende a verla del modo que minimice la carga emocional negativa. La segunda dice que ante dos alternativas, se prefiere la que maximice la ganancia emocional. (por ejemplo, en una pareja que se pelea constantemente.  uno empieza a echarle la culpa al otro de sus problemas, y la ira aparece. Esta ira hace que el otro deje de hacer lo que está haciendo y estos efectos coercitivos refuerzan y mantienen las peleas conyugales).

Conclusiones prácticas. 

1.- Las emociones son subjetivas. Sus componentes biológicos son objetivos. Esto quiere decir que las emociones dependen de los marcos de referencia de las personas. Un mismo hecho genera experiencias diferentes en personas distintas.

2.- Al ser subjetivas, para mejorar nuestra calidad de vida, se debe trabajar sobre los marcos de referencia. Como los componentes biológicos son objetivos, se puede trabajar la fisiología (mediante el ejercicio y la alimentación).

3.- Los componentes de la inteligencia Emocional dictados por Goleman, esto es, autoconocimiento, autorregulación, automotivación, reconocimiento de las emociones de los demás y las habilidades sociales NO explican la totalidad de la experiencia subjetiva ni aportan un marco de referencia útil. De hecho, se dan contradicciones entre las leyes de las emociones y el marco de referencia de Goleman. Conocerse implica el uso de autoinformes, que carecen de fiabilidad y validez (respondemos a los autoinformes de manera distinta, dependiendo de nuestro estado de ánimo, y no son generalizables las respuestas a otros momentos), autogestionarse implica los sistemas atribucionales y los marcos de referencia propios (que, la mayoría de las veces son implícitos y cometemos errores de atribución), la automotivación tiene los mismos problemas, el reconocimiento de las emociones de los demás implica la lectura mental y más atribución y no todas las personas responden de igual forma ante el uso de habilidades sociales.

4.- Se puede intervenir sobre las emociones, pero solo parcialmente y utilizando las mismas reglas de funcionamiento. Las emociones son un mecanismo evolucionado durante millones de años. Comprender cómo han evolucionado, en qué ambientes y cómo se adaptan en la vida actual nos da el marco de referencia para aprender a manejarlas.

En nuestra siguiente publicación volveremos a hablar de las emociones. Esta vez desde el punto de vista evolucionista.  Y en una tercera entrega lo haremos desde el punto de vista computacional. El objetivo es dar luz a por qué sentimos lo que sentimos, como funcionan psicológicamente y qué podemos hacer realmente para que jueguen a nuestro favor.

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