Son muchas las personas que
buscan ayuda profesional para superar los problemas a los que la vida les ha
enfrentado. Tal y como dice uno de los supuestos de la Programación
Neurolingüística, cada uno respondemos a la situación con el mejor de nuestros
recursos disponibles, pero ello no significa que sea eficaz, correcto, bueno
comparado con otras soluciones… y resulta que, en lugar de mejorar, mantenemos
y fortalecemos el problema, y llegamos a tocar fondo. Y ¿qué podemos hacer en
esos casos?
El psicoanalista alemán Erich
Fromm nos propone diferentes caminos. El primero de ellos es el psicoanálisis.
Nosotros lo entendemos como terapia, ya
sea cognitiva, conductual, dinámica… cada una de ellas, desde sus supuestos,
nos puede ayudar a cambiar nuestro marco de referencia y, por tanto, nuestra
manera de ser en el mundo, aportando soluciones a problemas específicos. Otras
soluciones que Fromm propone son cambiar la forma de actuar, crearse intereses,
aprender a pensar críticamente, hacerse consciente del propio cuerpo,
concentrarse y meditar, descubrir el propio narcisismo y autoanalizarse.
En Prossem, bebemos de la
filosofía humanista de Fromm, de los modelos cognitivo- conductuales, de la
moderna psicología científica, del Coaching y de filosofía tradicional. Por
ello, para aquellas personas que se sienten atascadas, que no avanzan o que
piensan que han tocado fondo, que están tristes… hemos creado un modelo de
terapia y de Coaching diferentes, que asumen los principios científicos y humanistas,
para ayudar a las personas. ¿En qué se basa?
Lo primero que hacemos es
modificar nuestro estado de ánimo. Nos servimos de las técnicas conductistas
para cambiar nuestros estados de inapetencia, de desmotivación, de tristeza,
por estados de, al menos, cierta actividad y un poco de bienestar.
El segundo paso es construir
nuestro yo ideal. A todos nos gustan ciertas formas de ser, de actuar. Todos
queremos llegar a algo, que cada uno de nosotros definimos de una forma diferente.
Ese yo ideal, ese estado deseado, nos sirve como motivador, como atractor, como
meta.
El tercer paso es conocerse a uno
mismo. Ya hemos dicho que la vida que no es examinada no merece la pena ser
vivida, en las palabras que Platón puso en boca de Sócrates. Realizamos un
viaje por cómo pensamos, cómo sentimos, por cómo analizamos la realidad que
vivimos. Irracionalidad, marcadores somáticos, límites a nuestro propio
autoconocimiento… Un trabajo duro que suele terminar con efectos muy positivos
en la persona.
Pero como dice el Premio Nobel de
Economía Daniel Kahneman, el yo que experimenta y el yo que recuerda, son
distintos y no tienen por qué coincidir en sus intereses. Por ello, el cuarto
paso es fortalecer la habilidad de vivir en el aquí y en el ahora, en auto observarnos
de forma terapéutica y no dañina, en comprender cómo se forman nuestras
emociones y nuestros procesos mentales y en aceptarlos y transformarlos de
forma que nos automotiven en vez de dañarnos, y los pongamos a nuestro servicio
en lugar de depender nosotros de ellos.
¿Cuál es la diferencia con
respecto a otros procesos? La terapia tradicional se basa en buscar traumas e
interpretarlos, en buscar conductas perjudiciales para la persona y cambiarlas
por otras. El Coaching tradicional se basa en el rendimiento de la persona en
un puesto de trabajo o en una serie de habilidades. Ponen el foco en los
resultados. Sin embargo, revivir los procesos traumáticos o centrarse en unos
objetivos externos, activan el sistema nervioso simpático, el encargado de gestionar
la ansiedad del organismo, convirtiendo el proceso en algo estresante y
aversivo y se trabaja desde el yo que
recuerda.
Nuestro proceso trabaja desde el yo que experimenta, reconociendo cómo
actúa y cuáles son sus limitaciones. Ponemos el foco en la visión personal, en
el yo ideal, en la compasión, en la conciencia plena y en el juego como
herramientas para vivir el presente y no vivir en los pensamientos o en las
emociones. Ponemos en centro de atención en la autonomía de la persona y en el
derecho a determinarse a uno mismo. Nuestro objetivo es activar tus atractores
emocionales positivos – usando un término de Richard Boyatzis – para mejorar
tus estados de ánimo, tus procesos de pensamiento y tu autoconocimiento. Te da
el poder sobre tus emociones, sentimientos y tus decisiones.
Muchas horas de trabajo, de
estudio, de práctica esforzada. Muchos pacientes y clientes nos dan la
impresión de estar en el camino correcto, de ofrecer unas sesiones
individuales, propias de cada uno, según el ritmo que quieras, descubriendo
nuevos marcos y cambiando lo que tú quieras cambiar. Únete y gana calidad de
vida.